martes, 25 de septiembre de 2012

Join-up con Lizzie

Buscando en mi nuevo kindle encontré un libro sobre caballos de alguien del que no había oído nada antes, Joe Camp. Llamó mi atención porque parecía muy bien escrito y el autor se autodenominaba "novato". Fue todo un acierto y recomiendo la lectura de su primer libro "The Soul of a Horse".



En fín, este libro describe paso a paso cómo hacer Join-up con tu caballo, ejercicio así denominado por Monty Roberts y cuyo objetivo es que el caballo te elija a tí como su lider.
Os podéis imaginar que lo primero que hice fue ir a ver a Lizzie y ponerlo en práctica, os cuento:

Me la encontré tranquilamente descansando tumbada, así que me puse a su lado durante un rato, hasta que llegó alguien y nos pusimos a hablar. En ese momento ella se levantó y empezó a hacerme carantoñas (signo evidente de que YO soy su líder y no al revés, hahaha) ...así que fuimos al picadero redondo y empezamos la sesión.

Tal y como Joe Camp describía le eché de mi lado para que huyera dando vueltas alrededor del picadero.
Primer problema: Lizzie lleva siendo mi líder 7 años y me ve de muchas maneras pero no como un humano depredador. Aún así, me hinché lo suficiente y conseguí echarle; las señales vinieron rápido: me dirije su oreja interior para hacerme saber que está pendiente de mí, bien. Relaja la mandíbula, signo de sumisión, bien, y agacha la cabeza. En ese momento me deshincho y me doy la vuelta completamente relajada con el único propósito de que ella venga por detrás y me elija.
Segundo problema: el picadero estaba lleno de hierba por lo que Lizzie decide que mejor come, porque total yo ya me he hecho la dura muchas veces y nunca pasa nada...
Como un lider no puede consentir eso, le echo de nuevo y repito la operación ...tantas veces que perdí la cuenta.



Me empezaron a entrar muchas dudas, "estoy haciendo lo correcto", "le estoy estresando", "esto no está bien", etc. así que me rendí, me senté en mitad del picadero y le dejé comer. Tenía ganas de llorar, pero no me salían lágrimas y entonces empecé a pensar que quizás soy yo quien se rinde rápido y que por eso no lograré ser nunca su líder. Así que me levanté, me hinché como nunca antes y puse toda mi energía en echarle. Enseguida vinieron las señales y me relajé dándole la espalda. ¿Qué respuesta obtuve? Siguió dando la vuelta al paso hasta que se puso frente a mí, me miró fijamente ...y se puso a comer, aaaahhhhhh!!!! ¡quería comérmela con patatas!, pero en vez de eso repetí de nuevo la operación y esta vez; me tocó muy suavemente la espalda para acabar apoyando su cabeza en mi hombro, ahora sí que lloraba.

Terminamos así, le llevé de nuevo a su padock y me fui, pero la sorpresa vino en mi siguiente visita:

(Hago un paréntesis para explicar que hace ya muchos meses Lizzie dejó de permitir que le montara, haciéndome muy difícil el subirme e intentando tirarme cuando lo conseguía)

Ella estaba muy irritada porque había muchos insectos molestando, así que simplemente me senté a observarle. Vino tras de mí y se puso demasiado cerca así que tuve que moverle, cosa que entendió a la perfección y se posicionó de forma más respetuosa. Como ví que le molestaban las moscas, me subí sobre la piedra en que estaba sentada para aliviarle las zonas donde tenía heridas. Empezó a caminar y puso su dorso frente a mí tal y como le había enseñado años atrás para que le montara. Por supuesto no lo hice, simplemente apoyé mi cuerpo en su lomo, feliz como hacía ya mucho que no estaba y con una sonrisa de oreja a oreja.


3 comentarios:

  1. que bellos animales nos regalo la naturaleza!!!

    ResponderEliminar
  2. Felicitaciones desde el sur del mundo! Muy buen Blog.
    Juan de www.pelajescriollos.com

    ResponderEliminar
  3. Hola, me llamo sofia y me encantan los caballos. Tambien tengo un blog y me gustaria que entraras y me dieras tu opinion. Espero que te guste.
    Gracias.
    www.pasotroteygalope.blogspot.com

    ResponderEliminar