viernes, 20 de febrero de 2009

Bridas sin embocadura

Esta vez quiero hablaros sobre estas bridas que son bastante novedosas en España.

No sé si las conoceis pero son ideales para caballos con problemas en la boca, dientes o que no les gusta el bocado. Incluso yo estoy empezando a montar a mi potra con una de ellas, el modelo Walnut de Barefoot.

Este modelo distribuye la presión uniforme y suavemente sobre la nariz, la quijada y la nuca del caballo. No aplica presión puntual y asegura que las ayudas del jinete con las riendas sean totalmente indoloras, de ahí que ayude a formar un lazo de confianza entre el jinete y el caballo.


La forma en que funciona es bastante inteligente pues los ahogaderos son una prolongación de las riendas que cruzan bajo la quijada inferior y a través de unas anillas van conectadas directamente a la muserola, por lo que para girar a la derecha el caballo siente la ayuda en la parte de la quijada inferior izquierda y en la parte izquierda de la muserola, lo que entiende perfectamente como instrucción para girar a la derecha. Eso sí, si te decides por una y tu caballo está acostumbrado al bocado, es buena idea enseñarle primero trabajando un poco de riendas largas.

viernes, 6 de febrero de 2009

Terapias Ecuestres

Como ya sabéis estamos empezando un Centro de Psicoterapia y Aprendizaje Asistido por Caballos y quiero compartir con vosotros 2 testimonios que hemos recibido recientemente en Equisense. Hemos borrado los nombres, para conservar la intimidad de los participantes.



"La primera vez que estuve en Equisense para la terapia con caballos, estaba tan nerviosa que creía que me iba a ocurrir algo con los animales, puesto que me habían dicho que ellos reflejan tus sentimientos y tu humor. Pero todo fue muy distinto. Primero pude elegir el caballo con el que hacer la sesión, y de hecho elegí una yegua que al parecer estaba triste, o eso era lo que veía yo, y creí que podía ayudarle a estar mejor. Eso es lo que pasa cuando entras en el mundo de los caballos con esta mentalidad, miras a sus ojos, te fijas en sus posturas, como si tú misma estuvieras analizándolos en busca de algo. Así empieza la relación entre dos animales extraordinaros, el caballo y el ser humano. Y de eso se trata durante la sesión, de una continua relación entre dos criaturas donde una de las dos tiene que llevar a cabo unas tareas en las cuales participa la otra, como elemento pasivo unas veces y como protagonista otras.
Cuando empieza el trabajo verdadero, se te proponen ejercicios en los cuales tienes que alcanzar pequeños logros en tu nueva relación con el caballo. Tú mandas ¿o él? Todo es para descubrirlo, y mientras, las emociones surgen y tú te sientes ahora fuerte, ahora pequeña, ahora debil y miedosa, luego parece que lo has conseguido, pero enseguida él se aleja y te deja sola, otra vez. Y tu mente, que ahora está limpia y despejada, concentrada sólo en conseguir acabar bien el ejercicio, experimenta una nueva sensación de “dejavú”, el caballo acaba de ser sólo un caballo y se transforma en tus padres, tu hermano, tus exnovios, tu mejor amiga, y lo que él hace se parece a lo que todo el mundo siempre ha hecho contigo. No sé todavía si es sugestión o que lo que buscamos intentamos crearlo y verlo en la realidad, pero seguro es que en estos momentos te ves mejor, tienes una perspectiva visual y emotiva sobre tu propia vida que es muy difícil de alcanzar en otras situaciones.
Parece, en algunos momentos que el caballo se comporte como tú. Es impresionante, pero él te lee dentro, es tan sensible que puede reproducir tus sentimientos de una forma que tú sólo tienes que descifrar. El terapeuta te guía en todo el juego, te aconseja y te habla, pero nunca te contesta, la respuesta tienes que encontrarla tú mismo, mirándote dentro a través del caballo. Es un juego muy eficaz, no obstante años de psicoterapia, aquellas fueron las primeras veces en que me he hablado sin los dientes serrados, me he dicho cosas que nunca me había atrevido a decirme, y eso porque hablaba a un caballo, mientras él actuaba el papel de mi vida.
Lo aconsejo a todos, los que tienen problemas y los que creen que no los tienen. Es un ejercicio eficaz y divertido donde se pone al descubierto la debilidad, el miedo, la inseguridad, la depresión, la falta de autoestima y cualquier otro problema o simplemente punto débil de nuestro carácter y personalidad."



"Había leído mucho sobre este tipo de terapia, así que sabía a lo que iba. Mientras observaba a los caballos en busca de uno con el que hacer la sesión, una pony dejó de comer y me miró fijamente; tenía que ser ella.
A pesar de que llevaba unos días muy estresada y me sentía tan cansada que casi no podía moverme, fui capaz de terminar el ejercicio que me plantearon. Pero ese no era el fin, la dichosa pony se empezó a comportar como mi pareja, ¡no podía creer lo que estaba viviendo!
Después de varios intentos de que cambiara su actitud y se comportara como yo quería, llegué a la conclusión de que cada uno es como es y no debemos intentar, ni siquiera esperar, que las personas de nuestro alrededor cambien para hacernos más felices. Soy YO quien tengo que sentirme bien conmigo mismo y compartir eso con la gente que quiero.
Cuando llegué a casa, el peso sobre los hombros ya no estaba. Han pasado 3 semanas desde entonces y todavía siento sus efectos. Espero volver pronto."


No dudeis en colgar vuestros comentarios o consultas, estaremos encantadas de compartir nuestras experiencias con vosotros.